
Fiordos Noruegos, amando el mundo Fotos individuales
Bergen
“La primera vez que la ví, todo en mi cabeza se silenció”
Y entonces comprendí que a pesar de que todos los motivos anteriores pueden tener parte de realidad excepto el último de no tener que practicar (eso lo he entendido tras más de 150.000 fotografías) el motivo por el que hago fotografías es por Amor. Amo la vida, no sólo la mía, sino la de este planeta que se nos va de las manos por la avaricia de unos pocos. Amo el mundo tal y como es, me gusta respetar lo que veo, me gusta respetar el mundo en el que vivo porque es la única forma en la que mi cabeza se silencia. Sólo cuando estoy detrás del visor de mi cámara es cuando consigo parar la voz que me dice que este mundo se nos cae a pedazos, que no nos quedan esperanzas a las que agarrarnos, que tan sólo queda el interés de unos pocos que no entienden que no hace falta dañar al prójimo para sanar su espíritu podrido. Hago fotografías porque a pesar de ser tener estar en la peor hora para fotografiar, en un día nublado, subido a un barco en marcha, sin trípode, con una cámara supuestamente “no profesional” que calza un objetivo de 200 Euros, a pesar de todos eso usando el alma y la emoción como arma principal aún puedo conseguir amar el mundo en 1/500 segundos para convertir esa emoción en algo que pueda compartir con todos vosotros.