EL Lunes del Pescaito

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Y a la cuarta fué la vencida. Así debería empezar y terminar esta entrada, porque no hay más opciones, porque después de 3 años consecutivos sin pisar el Real de la feria, el cuarto ya era mucho. Aunque en realidad este prácticamente era el cuarto, pero no me lio mucho. Para lo que no sepais aún de lo que hablo. Hablo de la Feria de Abril de Sevilla, hablo de la semana grande del ocio profano, instaurada en el siglo XXI como feria del ganado y posteriormente transformada en celebración continua de estar vivos, de estar juntos, de parar del olvido cotidiano al que nos vemos sometidos. El día o mejor dicho la noche de la inauguración oficial ha sido y es llamada como “La Noche del Pescaito”, y significa que a las doce de la noche en punto queda inaugurada la fiesta con el “alumbrao” que no es más que el encendido de la portada (en la próxima entrada que hable más general de la feria pondré la de este año) y del resto de calles del recinto ferial.

Después de cuatro años el volver fue gratificante, esplendido, divertido, y sobre todo caluroso, porque mi familia tiene muchas cosas, y larga y heterogénea es como para llenar muchos Macondos, pero cariñosa es a rabiá, y por eso volver a verlos a casi todos juntos, es “gloria bendita”. No quiero ni voy a destacar a nadie aquí porque sería injusto. Pero inevitablemente, hay una persona que destaca sobre las demás, una célula madre primigenia, un nexo de unión en toda es diversidad, un puente hacia el amor y el entendimiento de los diferentes caracteres que sumamos los Vega, y precisamente aunque nuestro apellido no venga de ella, en la familia por parte de mi padre el matriarcado es absoluto. Y por eso y por estar aquí estos casi 90 años, cuidando de tus pollitos, debes ser tú abuela, la primera en aparecer.

Mi abuela, Carmen Iglesias

La abuela Carmen en la caseta

Incombustible, inagotable, inalcanzable para casi ninguna mujer de hoy en día, tener 12 hijos, 15 embarazos, más de 30 nietos y cerca de 10 biznietos. 89 años, y estuvo en la feria del 2010 tomándose un rebujito. ¿Se puede ser más grande?

Para no hacer esto un post-agradecimientos-sin interes ninguno. Dejaré de hablar un poco de particularidades e intentaré hacer una referencia más visual de mi familia, antes me gustaría no dejar de destacar la labor de restauración en la feria, en la que cada daño se suele dar un paso más hacía la excelencia, al menos mejorando notablemente las presentaciones en los platos, como en la siguiente foto.

Un gusto para las miradas, y no digamos, pescaito frito para volver a volver, como he vuelto mil veces. y es que hay cosas que no cambian, de hecho me alegro de que no cambien, los primos que hace 20 años ya eran complices, siguen siéndolo, aún más.

Mis primos Pedri y Juanjo, cualquiera sabe de que hablaban.

Pedri y Juanjo, no se conocen.

Nuestra familia no es de salir en fotos, así que me costó muchisimo que se juntaran para hacer una foto, de hecho podeis ver en sus cara el trabajito que les estaba costando, si es que hay un glamour!!!!

Total, que para terminar, y para no hacer más largo todo este asunto del pescaito, en resumen, se trata de comer, beber, hacerte fotos y volver a enlazar el amor con los tuyos, con mis hermanos, pareja, primos, tios, cuñados, parejas de, exparejas de, hijos de primos, amigos y cualquier bichejo que asome el hocico por la caseta. y claro una cosa lleva a la otra, y el entusiasmo

Emoción

Mi prima Silvia, la que no baila, ni canta, ni le gusta una fiesta.

no puede acabar en nada más que en felicidad.

PD: Si no te gusta el rebujito, puedes hacer como mi padre, fresquita al canto.

Mi Padre

Calle Real de santa Cruz de La Palma

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