Hacía tiempo, mucho tiempo que quería hacer lo que he hecho con este reportaje.
Lo primero dedicárselo a un tio cojonudo que estuvo a punto de apuntarse a esta aventura pero que al final no pudo ser, así que a mi colega Aarón Ramos le dedico este reportaje arquitectónico de mi visita a Tokyo.
Lo segundo, atreverme con el Blanco y Negro, hacía mucho tiempo que no encontraba una excusa, y aunque este reportaje en color tendría otro sabor sin duda, tenía muchas ganas de expresarme en monocromo, eliminar algunos factores distrayentes y basarme en líneas, composición y expresión propia sin artificios.
Lo tercero, mostrar lo que ví en Tokyo, ya no sólo de personas, que podrás comprobar que siguen presente en una gran cantidad de imágenes sino destacar esos momentos en los que la arquitectura me llamó la atención, captó mis sentidos más allá de lo que lo hicieron personas, templos o costumbres.
Ha sido un placer dejarme llevar con mi GF1, el 20mm y demostrarme que aún puedo disparar y pensar en Blanco y Negro.